lunes, 8 de agosto de 2011

Busequeando

”El Lalo los junta a todos”, me comentó el Inge Manera al pasar y fué así, vinimos de todas partes, salimos de todas las cuevas, para darnos el abrazo lleno de recuerdos rodeando a Ibiray.
Nos convocó el reconocimiento a los compañeros que sacan adelante Ibiray, a su fraternal preocupación por los que están en las peores y su dedicación a ls tarea del “salvataje”.
“¿Para qué se juntan tantos viejos?” le preguntó Juan a Veronika. Pues para un “trille” de patio de recreo,  para reconocer algunos rostros que se habían perdidos en las lejanías del tiempo y la distancia, para repetir viejos relatos recontrasabidas, para recordar a propios y ajenos, para recrear las viejas bromas, las livianas, las medio pesadas y algunas pesadas del todo. Para no vernos solamente en los velorios y salas de tratamientos intensivos.
Medio siglo después de aquél ’69 del abajo que se mueve, de esa historia de lucha que, a la vista está, nos unió para siempre, el reencuentro también tiene un gustito a reivindicación del pasado colectivo, a reapropiación de lo que vivimos con tanta intensidad, tan íntimamente unidos por el afecto al compañer@. Después de todo, esa épica dió sentido a nuestra vida y, más allá de que cuarenta años después navegamos hacia puertos muy diferentes, aquella historia valió la pena y nos resistimos a renegar de ella.   
Bueno para la salud mental, bueno para mantener el ánimo, bueno para el esfuerzo de sobrevivir hasta los cien. Seguramente, por saber que es bueno para nosotr@s, tantos hij@s deciden soportar el aburrimiento y nos acompañan para divertirse viendo la catarsis de los “adultos mayores”.
Esta vez, la buseca estaba buenísima.
Felicitaciones Ibiray. Hasta el año que viene.
Abrazos a tod@s
Tambero   

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